Una de las joyas del cine italiano dirigida por el ilustrador Igor Tuveri brilla por su identidad propia
En la sección de Inéditos de Movistar+, se encuentran películas de autor independientes que no han tenido presencia en las salas de cine. O a lo mejor se han estrenado pero no han durado mucho, por lo que su relevancia ha sido nula. Normalmente hay auténticas joyas, cintas con
historias que tienen algún punto de “originalidad” en su fondo o forma.
Este es el caso de 5 es el número perfecto, un noir con sabor italiano, producido, escrito y dirigido por Igor Tuveri (más conocido como Igort), y protagonizada por el gran Toni Servillo (Il Divo, Silvio), estrella habitual en las películas del maestro Paolo Sorrentino.
Igort es un dibujante y escritor de cómics desde hace más de cuarenta años. Siempre ha sentido pasión por el séptimo arte. Entre sus obras más emblemáticas, se encuentra una novela gráfica que en nuestro país edita Salamandra, que se titula 5 es el número perfecto.
La mafia napolitana se adapta a los nuevos tiempos en ‘5 es el número perfecto’
El relato nos hace viajar al Nápoles de los años 70, un período de cambios histórico sociales en esa región de Italia. Dichos cambios influyeron por supuesto en los bajos fondos, en la famosa Camorra que ya será conocida por el público gracias al escritor Roberto Saviano y su obra Gomorra.
Volviendo a la obra de Igort, el protagonista del relato es Peppino Lo Cicero (Toni Servillo) un ex sicario de la mafia local que se ve obligado a abandonar su retiro cuando su hijo Nino es asesinado. Pepinno se enfrenta a una nueva forma de hacer las cosas, distinta a como era en sus tiempos, por lo que deberá ser más astuto y despiadado que sus enemigos para poder darles caza.

A simple vista se puede pensar que es un relato convencional y que ya se ha visto en más ocasiones. Pero las obras cinematográficas se componen de dos elementos indisociables: fondo y forma. Quizás aquí y como suele suceder en otras ocasiones, el fondo sea ya bastante conocido e incluso el espectador sea capaz de imaginar el devenir de la propuesta. Pero lo más interesante de esta película reside precisamente en su forma, y en cómo partiendo de un presupuesto limitado de carácter europeo se puede emular el cine negro americano.
Una producción europea que se acerca al cine negro característico de Estados Unidos
La cámara de Igort (como ya hiciera con las viñetas) nos sumerge en un Nápoles oscuro, húmedo y frío, donde abundan las figuras solitarias. Sigue a Peppino por callejones donde pocos nos atreveríamos a entrar mientras la voz del protagonista va narrando sus pensamientos y las cosas que siente. No es raro que acuda a la mente del espectador Sin City, otra obra maestra del género tanto en cómic como en cine, ambas películas contienen elementos comunes en cuanto a historia y a puesta en escena.

Pero son solo eso, homenajes o guiños estéticos, porque la cinta de Igort tiene su propia identidad, centrándose mucho más en los aspectos puramente psicológicos, en la memoria y el paso del tiempo; ya que aquí los recuerdos del protagonista son fundamentales para entender lo que sucede.
A través de momentos que pueden resultar un poco caricaturescos, se nos dibuja a Peppino como un hombre de fuertes convicciones … amorales, pero con un gran amor hacia su vástago y a la familia que pudo tener pero que perdió por la vida que ha llevado. Aun así, la cinta no duda en meterse de lleno en la acción, dejando algunas escenas de tiroteos notables y sin escatimar en sangre. 5 es el número perfecto sin duda es una excelente cinta de un género atemporal.
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