‘Despierta la furia’, el Guy Ritchie más sobrio

Guy Ritchie vuelve para brindarnos con Despierta la furia su cinta más seria y contundente, un thriller de carácter sobrio, seco y duro, con un imponente Jason Statham

Despierta la furia es una rara avis dentro de la filmografía de Guy Ritchie. El director de Lock & Stock o Snatch, cerdos y diamantes nos tiene acostumbrados a sus laberínticas tramas de mafiosos repletas de frases sarcásticas y mucho humor. Una especie de Tarantino llevado a los suburbios británicos, con una a veces desmesurada tendencia al virtuosismo visual que lo mismo le sale bien -ahí tenemos sus taquilleras entregas de Sherlock Holmes– o le da discutibles resultados -ay, esa Rey Arturo: La leyenda de Excalibur. De su paréntesis disneyiano con Aladdín mejor nos olvidamos.

Scott Eastwood da uno de sus mejores trabajos en Despierta la furia. DEAPLANETA
Scott Eastwood da uno de sus mejores trabajos en Despierta la furia. DEAPLANETA

Precisamente lo que no tiene Despierta la furia es humor. Las subtramas mafiosas y la estructura no lineal siguen ahí, pero se ha suprimido la componente sardónica. Esto es lo que más desconcierta de ella cuando sabes quién está tras la cámara, pero también supone un juego interesante si consigues entrar en él. Porque si lo haces, acabarás intrigado por la historia de ese enigmático protagonista y cómo se desenvuelve toda la trama, bastante más compleja de lo que pueda parecer en un principio.

Estamos ante la propuesta más sobria y contundente de toda la carrera de Ritchie. Un thriller seco, rudo, directo y sin concesiones, que se toma su tiempo para mostrar sus cartas, pero que cuando lo hace te pilla por los mismísimos y no te suelta. Acción, venganza servida en un plato muy frío, ritmo in crescendo hasta acabar en un último acto que es pura violencia y planificación.

Un Jason Statham en estado de gracia

Lo cierto es que Ritchie se muestra más cómodo cuando visita los bajos fondos y pone en pantalla a las criaturas que en ella habitan. Es lo que le ha dado mejores resultados hasta la fecha., y aquí lo vuelve a conseguir. Pero a base de ofrecer un interesante giro en su estilo habitual, lo que también afecta a su estrella protagonista. Jason Statham está serio, imponente, sin mostrar ese tono sarcástico que tanto le caracteriza, sin abusar de sus habituales tête-à-tête a golpe de talón. Aquí la ley la dictan las armas. El personaje de Statham, además, es de esos cuyo origen y motivaciones van revelándose a cuentagotas, de manera bien dosificada y medida.

Jason Statham, arma en mano en Despierta la furia. DEAPLANETA
Jason Statham, arma en mano en Despierta la furia. DEAPLANETA

Le acompañan, eso sí, un nada desdeñable plantel de secundarios. A uno ya habitual de Ritchie como Eddie Marsan se une el siempre solvente Holt McCallany, un Josh Hartnett al que ya se echaba de menos pero que prácticamente pasaba por el plató, y sobre todo un Scott Eastwood que pese a seguir a la sombra de su padre, da aquí uno de los mejores papeles de toda su carrera.

En definitiva…

Despierta la furia puede ser recibida desde dos extremos. Uno, el de los más puristas, el de los que quieren ver al Ritchie de siempre. Al de la miseria urbana cargada de humor. El otro, el que agradecerá este cambio de tono, y aún así sigan viendo la marca de su creador. Unos acabarán llevándose un palo enorme. Los otros puede que lleguen a erigirla como una de sus mejores obras, de las más personales y libres. El tiempo lo dirá, pero yo sin duda me decanto por el segundo grupo.

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‘Despierta la furia’, el Guy Ritchie más sobrio

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- Ingeniero de sistemas y software de profesión, cinéfago incurable de afición. Lo mismo te devora El Padrino que Payasos asesinos del espacio exterior o todo el cine de los 80 y de acción de los 90. Empezó en Locoporelcine hace más de quince años, y ahora... he is back!

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