Ridley Scott demuestra estar en plena forma con El último duelo, un drama medieval con una estupenda Jodie Comer
De El último duelo sorprenden especialmente dos cosas, y la primera debe ser recibida con tristeza. Es un drama medieval, pero su trama es, por desgracia, demasiado actual. Han pasado muchos siglos desde los hechos que nos cuenta la película, y las figuras de poder patriarcales siguen abusando de su posición. Por muchos siglos que hayan pasado, las cosas no han mejorado en muchos aspectos.
Pero también sorprende para bien comprobar el buen músculo del que puede presumir Ridley Scott a sus 83 años de edad. El último duelo rehúye de la moralina y sermones que podrían haber enterrado a su épico drama medieval en plena era del #MeToo. Podría ser más arriesgada en lo que cuenta y cómo lo hace, haberse mojado bastante más en su discurso, pero casi mejor que no se embarrase en ese sentido.
Ridley Scott, en plena forma

Sea como fuere, Scott sigue demostrando que, pese a su edad, sigue teniendo un pulso narrativo que invita cuanto menos a la envidia. Cierto es que la estructura narrativa de El último duelo puede desconcertar en su primer tramo, como si el Alatriste de Agustín Díaz-Yanes se hubiera apoderado de la función. Pero una vez entiendes el por qué de dicha estructura, lo que queda es el relato de un mismo hecho desde tres puntos de vista distintos, lo cual la hace interesante de principio a fin. Hay que superar ese desconcierto inicial, pero lo que viene merece la pena, hasta llega a ese último duelo que es puro nervio, sangre y barro. Una de las mejores escenas del año, sin poco margen para la duda.
Lo demás funciona estupendamente también. La dirección artística, la recreación de esa Francia del medievo, el sonido, la fotografía y el vestuario, y un reparto en estado de gracia. Quizá Ben Affleck está más bufonesco de lo permisible, aunque también se debe al personaje que le ha tocado encarnar, y que Matt Damon esté ahí por estar, sin dar el do de pecho precisamente. Pero convincentes están ambos, y además coescriben un guion inteligente. Adam Driver es puro magnetismo en pantalla, el mejor intérprete masculino de la cinta por descontado.
Jodie Comer, la gran revelación de El último duelo

Pero lo de Jodie Comer es de otro planeta. Pura fragilidad y fortaleza unidos en un solo personaje que nos demuestra la enorme actriz que es, y que muchos descubrirán realmente gracias a esta película. Una de las mejores interpretaciones femeninas del Hollywood de este 2021 que ya va cerrando sus puertas, y que esperemos le reporte éxito en los grandes premios de la temporada.
El último duelo no se hace pesada en ningún momento si superas la barrera de su primera historia. Cada segundo de su metraje vibra con una fuerza inusitada, con una valentía impropia del blockbuster contemporáneo. Y, sobre todo, nos recuerda que Ridley Scott es un grande del celuloide. Un director imprescindible que sigue dándonos alegrías como esta. Un viejo maestro que, al igual que Clint Eastwood o uno al que un servidor echa de menos como Peter Weir, ojalá nos siga brindando proezas como esta.
En resumen
El último duelo lleva un drama de época al contexto actual, para recordarnos que las cosas no han cambiado demasiado en casi 700 años. Y también nos recuerda lo grande que es Ridley Scott, a la vez que arroja luz sobre una actriz emergente y cargada de talento como es Jodie Comer.

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