En un momento dado de la segunda película de la saga Animales Fantásticos, el protagonista Newt Scamander (Eddie Redmayne) mantiene una breve conversación con Lita Lestrange (Zoe Kravitz), su antiguo amor del colegio. Newt resume perfectamente la naturaleza humana: “No existen las criaturas extrañas solo las personas de mente cerrada”.
Ya desde la saga original de Harry Potter, la autora JK. Rowling, nos transmitió una serie de enseñanzas importantes acerca de la vida, la muerte, la amistad, la familia más allá de los lazos de sangre.
Podría incidir en los aspectos puramente cinematográficos, recomendarla como si se tratase de un estreno nuevo (todas las películas se pueden ver en HBOMAX, incluida la más reciente que lleva por título Los Secretos de Dumbledore), pero en esta ocasión prefiero orientar la recomendación por otro camino: el fondo.
La saga de Animales fantásticos
Merece la pena destacar por qué Animales Fantásticos es una digna precuela de la historia original, y es que más allá de los duelos de magos, de tener un villano carismático con el personaje de Gellert Grindelwald (interpretado primero por Johnny Depp y en la tercera entrega por Mads Mikkelsen), el relato de Animales Fantásticos tiene su magia en lo que hay de fondo.
La primera película de la saga nos presenta a este nuevo protagonista, un mago cuidador y protector de criaturas mágicas, un hombre sensible, librepensador, que se ve envuelto en una conspiración política internacional. Una primera entrega que refleja de forma brillante el tiempo de entreguerras en una preciosa Nueva York.
La segunda parte, titulada Los Crímenes de Grindelwald, ahonda precisamente en la profecía venidera: el estallido de la Segunda Guerra Mundial, que los Magos también vivieron a su manera, con un Grindelwald que además es analogía de un supremacista como Hitler. Newt ayudará a su mentor, un joven Albus Dumbledore que busca arreglar lo que hiciera en el pasado. ¿Qué fue lo que hizo Dumbledore? A esta pregunta se responde en la tercera parte.
Y en Los Secretos de Dumbledore encontramos a un Albus mucho más humano que el anciano que conocíamos en la saga original. Busca el perdón por su arrogancia, por haber estado ciego de amor hacia Grindelwald. En esta entrega Newt Scamander se mantiene al margen y deja espacio al personaje interpretado por Jude Law; para mostrarnos el dolor y el sufrimiento que causan los secretos y las mentiras.
Animales Fantásticos es una brillante metáfora de ese sangriento siglo XX, y en la que siguen presentes los elementos principales del universo creado por Rowling. Se puede decir que cada cinta es, en sí misma, una entrega independiente aunque compartan un hilo conductor: el amor en diferentes formas.
En resumen
Aventuras, comedia, romance, acción, y ciertas dosis de tenebrismo marcan una saga poderosa, emocionante y que tiene muchas buenas enseñanzas de las cuales podríamos aprender para que este mundo fuera un lugar mejor. En definitiva, si queréis pasarlo bien, no dudéis en aceptar la carta de Hogwarts y regresar a este mundo mágico con Animales Fantásticos.
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