Cómo se reinventó el héroe machista por excelencia para sobrevivir a más de 60 años de historia
Con casi 60 años de vida en la pantalla grande, la historia de James Bond está repleta de machismo y misoginia, pero poco a poco la saga se fue adaptando a los tiempos que corren. No sólo por las críticas del movimiento feminista, sino para agradar a un público de mujeres cada vez más presente en las películas de acción. A fin de cuentas, el dinero mueve más montañas que Mahoma. Acaba de salir a la venta en formato físico Sin tiempo para morir.

Sean Connery, el James Bond machista
Sean Connery es el preferido de muchos, en parte porque nunca se olvida al primero, y también porque fue quien le puso cara al concepto abstracto del personaje. El espía encarnado por Connery fue el más machista e irónico de los Bond, constantemente degradando a las mujeres y asegurando su hombría con sexo casual. Otra característica que lo hace diferente a los otros Bond, y que también es un rasgo típico del machismo, es que supuestamente nunca se equivoca.
George Lazenby
De George Lazenby sólo diré que la historia de cómo llegó a conseguir el papel es mucho más interesante que lo que fuera que haya hecho frente a la pantalla.
Roger Moore
Roger Moore, por su lado, llegó a la saga en una época en la que el público prefería la fantasía y la diversión a los grandes problemas del mundo. Por eso su Bond es más descontracturado, divertido y hasta se ríe de sí mismo. Sin embargo, seducir mujeres y utilizarlas era ya parte de la marca James Bond. Las mujeres hipersexualizadas se muestran desde la mirada del personaje masculino: fragmentadas, reducidas a una boca, unos ojos o unas piernas. El hombre las mira y ellas están allí para ser miradas no como un todo humanizado, sino como objetos de deseo.
Timothy Dalton
Timothy Dalton no aportó demasiado a la saga, pero sí nos mostró un Bond oscuro que se retomaría más tarde con Daniel Craig. Algo para lo que probablemente el público no estuviera preparado hasta ahora.
Pierce Brosnan, el James Bond enfrentado
Ya en los 90, con Pierce Brosnan, James Bond vuelve a su estilo Connery, pero esta vez es interpelado por M, su jefa, interpretada por la maravillosa Judi Dench. Allí se sucede el milagro del mejor diálogo de toda la saga: “Creo que eres un sexista, misógino dinosaurio. Una reliquia de la Guerra Fría”. Se lo dice mirándolo a los ojos, con la calma y falta de emociones que estaban destinadas sólo a los personajes masculinos. Por primera vez, Bond es interpelado por una mirada femenina. Aunque desaparecen los personajes femeninos inocentes, Bond se comporta como un niño malcriado que no puede aceptar que las reglas las ponga una mujer.
Daniel Craig, el James Bond más humano
Finalmente llegamos a la era Daniel Craig y una redefinición del hombre Bond. Si antes las chicas salían del agua y eran observadas, ahora podemos ver cada centímetro de un Bond que se muestra para nuestro placer. Este nuevo Bond tiene sentimientos y hasta se enamora y se muestra vulnerable. Es verdad que podríamos criticar que el nuevo Bond es más violento que nunca, probablemente para compensar la masculinidad perdida (por llamarlo de alguna manera) o que sólo sonríe con sus juguetitos de niño grande como sus coches, pero vamos a tomarnos una pausa para valorar que hoy sea un personaje más humano.
El machismo no paga
Lo interesante del personaje de James Bond es que representa la imagen de lo masculino durante los últimos 60 años. Así como los medios de comunicación pueden imponer una construcción de la sociedad, los espectadores con el poder de nuestro consumo podemos también cambiar lo que queremos ver. Incluso podemos lograr que James Bond, el ícono machista por excelencia, se actualice.
Pero quizás lo que más me gusta de este recorrido es llegar, una vez más, a la conclusión de que el feminismo es un avance social tanto para mujeres como para hombres. Nosotras nos negamos a ser seres pasivos que dependen de un hombre. Pero también debe ser agotador tener que cumplir con tantas obligaciones de la imagen masculina: esconder sentimientos, ser supuestamente racionales, simular estar siempre en lo correcto, deber ser más fuertes o ganar más dinero.
El feminismo nos da la posibilidad de tener cualquier característica en un cuerpo de hombre o de mujer y eso nos hace más libres, livianos y felices. James Bond es un personaje que puede haber cambiado para vender más entradas, pero si fuera un hombre de carne y hueso, también encontraría que un mundo más feminista es un mundo mejor.
Para hacer esta nota, he utilizado “A Sexist, Misogynist Dinosaur”? The Changing Representations of James Bond’s Masculinity, de Niina Sorvari, Facultad de Filosofía, Universidad de VAASA, Finlandia, 2010.
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