Son muchas las críticas favorables que ha tenido el largometraje de Chloé Zao y veremos la razón de su éxito
Esta pregunta que encabeza el artículo es la que se ha hecho este crítico después de ver la película en cuestión. Tras una considerable cantidad de bombo y platillo, de escuchar opiniones en las que el film casi toca los cielos, este crítico se pregunta si de verdad esta película es para tanto. O si, en el fondo se esconden otro tipo de cuestiones que están bastante alejadas de lo que son los aspectos puramente cinematográficos. No es objetivo de este artículo decir que Nomadland es una película mala, ni mucho menos. Pero ¿es una película o un documental? A la que este crítico concluye que es más lo segundo que lo primero. Es decir, no es una obra de ficción aunque la protagonista sea inventada.
Nomadland nos sumerge en el universo de los trashumantes, los nómadas. Personas que o bien porque quieren, o por diversas vicisitudes, se ven abocadas a vivir de forma itinerante. Lo hacen en furgonetas o caravanas, aceptando trabajos precarios y con condiciones bastante cuestionables a veces. Fern (una gran Frances Mcdormand) es nuestra guía en este particular mundo.
Una película premiada por la diversidad y el realismo
Junto a la cámara de la directora Chloé Zao, la cinta nos lleva por paisajes maravillosos y nos da a conocer a personajes reales. Algunos de ellos como Swankie o Linda, amigas de Fern en la “ficción”, que también son nómadas. El relato nos lleva además a lo que ha sido la vida de Fern hasta ahora. Una mujer que tenía un buen trabajo pero a quien la crisis económica golpea con especial fuerza. Es decir, nos encontramos ante una historia más que versa sobre las miserias que genera el capitalismo de amiguetes en el que estamos sumergidos. Pero no es la primera vez que vemos una historia parecida ¿verdad?
Durante toda la proyección se suceden momentos que parecen de documental, de telerelidad. Recientemente, un escritor justificaba los Oscar otorgados a esta película porque “es la primera vez que vemos en una película a gente mayor y a gente haciendo caca”. Así que parece que ahora el único criterio para ganar un premio es darle a las películas altas dosis de realismo y es necesario ver a los personajes defecando o miccionando. Desde luego, quien escribe esto debe ser un auténtico ingenuo al pensar que en algún momento se repetirán los premios a películas como El Señor de los Anillos, Pulp Fiction… Vamos, lo que venían siendo siempre obras de arte, bajo criterios artísticos de puesta en escena, realización, guion etc.
De hecho, si Nomadland se vendiese como un documental es más fácil de comprar que vendida como obra de arte. Pero seguramente aquí lo que importa sea la diversidad, que es una película de mujeres como si nunca las hubiese habido. Tenemos ejemplos como Angelina Jolie, Kelly Reinchardt, Kathryn Bigelow y seguramente la lista sería más larga.
Ya se puede ver Nomadland en el catálogo de Disney +
Quizás sea necesario recuperar ciertos criterios del pasado para evitar la sangría de audiencia que tienen estos premios cada año. La política de Hollywood solo le importa a los que están en esa burbuja, el resto solo queremos ver obras de arte que nos entretengan y nos eleven espiritualmente. La política, mejor para los políticos. Entretanto, ¿merece Nomadland tanto premio? Solo se lo daría a la directora por la excelente fotografía. El resto es una obra un tanto inane que lo más seguro es que se olvide en los próximos años.
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