El matrimonio Warren, ante su prueba más extrema, obligado por el maligno
Vuelve el matrimonio de lo paranormal más famoso del cine. Vuelven Ed y Lorraine Warren con uno de los casos más destacados de su carrera. El de Arnie Cheyene Johnson, quien en 1981 asesinó a su mejor amigo, y en el juicio alegó que lo hizo estando poseído por el demonio. Ahora con Obligado por el demonio.
De ahí el título del film, Obligado por el demonio. En esta ocasión no es James Wan quien está tras la cámara sino Michael Chaves, a quien conocimos en su opera prima en esta franquicia con el spin off de La Llorona.
Obligado por el demonio, en situación
Nos tenemos que situar primero en los antecedentes para comprender de lo que hablamos. Todo comienza en una noche neblinosa de mediados de julio, tras tres días de duro exorcismo en la casa de los Glatzle. El pequeño David de once años es víctima de una terrible posesión.
El sufrimiento que causa a la familia y al joven Arnie, novio de su hermana, es indescriptible. Con ellos están Ed y Lorraine Warren (Ed era el único demonólogo aceptado por la Iglesia Católica sin ser sacerdote). De nuevo, David comienza a sufrir el ataque del demonio en su interior.
Ed se esfuerza en sus oraciones, pero la violencia del acto es cada vez mayor, por lo que Arnie hace un gran acto de amor hacia el niño: pide al demonio que le posea a él y deje en paz al chico. Ed intenta que Arnie no haga eso, pero de pronto comienza a sufrir un infarto, y ahí acaba la posesión de David, y da comienzo el calvario posterior de Arnie.
Opiniones variadas
La crítica internacional está bastante dividida con esta película. Algunos dicen que es muy buena, que sigue siendo fiel a la identidad de la saga, y otros se muestran en desacuerdo asegurando que ya no sorprende y que el elemento terror está bastante diluido. Vamos, que no hay tantos sustos ni es tan oscura como las precedentes.
Desde la perspectiva de quien esto escribe, ambas conclusiones están totalmente equivocadas, y cualquiera que vea esta película entenderá lo que voy a decir. Hay que ver las tres películas en conjunto, porque el momento del infarto de Ed Warren es lo principal, es lo que nos conduce directamente a la esencia de esta, de momento, trilogía (las cintas de Annabelle, La Monja y La Llorona son spin offs que merecen su valoración aparte), pues lo fundamental de estas películas no son los casos que investigan, sino el matrimonio, la fe y el amor que mantiene unida a esta pareja (reflejada a la perfección por dos grandes actores como son Patrick Wilson y Vera Fármiga).
Una relación que hemos visto como ha ido evolucionando a lo largo de las tres películas y que en esta alcanza una gran belleza que le otorga ingredientes nuevos.
Fieles a un estilo
Desde luego que Obligado por el demonio sigue manteniéndose fiel a los principios básicos del thriller, los fantasmas y el mundo de lo oculto, pero la intencionalidad claramente es alejarse de todos estos ingredientes explotados ya en las anteriores películas para poder hacer algo nuevo.
Una saga precisamente puede sobrevivir si se van buscando esas herramientas con las que explorar otras vías, y Expediente Warren tiene para rato, no solo por los muchos casos que investigaron, sino porque los creadores están actuando con inteligencia al intentar sacar siempre algo distinto. Hará las delicias no solo de los fans, sino de aquellos que creemos en el poder innovador del séptimo arte.
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